jueves, 2 de junio de 2011

La Gracia que Sana la Ira

TEXTO DEL LIBRO DE JONAS 4: 1- 11

I.- DEFINICION DE IRA O ENOJO.

Reacción emocional que conduce a la hostilidad causada por un desagrado personal, ya sea a nosotros mismos o a otra persona.

Fuerte sentimiento de disgusto, contrariedad ocasionada por el agravio o el insulto. El insulto es lo opuesto al amor, este atrae a la persona, nuestro enojo nos aleja de ella. Sentimiento que te pone en contra de las personas, objetos o lugares que la provocaron.

II.- ETAPAS DE NUESTRA IRA.

1.- Irritación leve: sentimiento de disgusto o molestia.

2.- Indignación: Sentimiento de ofensa, la persona se siente ofendida o avergonzada, la persona piensa en responder ante la ofensa.

3.- Ira: se alimenta la indignación con un fuerte deseo de venganza, se genera amargura, por lo general tendemos a expresar nuestro enojo.

4.- Furia: cuando la ira la expresamos en formas más violentas como golpes, injurias, etc., esto incluye una pérdida del control emocional.

5.- Cólera: descontrol total, es la forma más peligrosa de expresar la ira puede llevarnos inclusive al homicidio etc.

III.- SENTIMIENTOS QUE PRODUCEN LA IRA.

1.- Cansancio, fatiga extrema o situaciones estresantes.

2.- La frustración.

3.- El rechazo.

4.- El temor o miedo.

5.-La injusticia o el agravio.

6.-La vergüenza o sentirnos avergonzados.

7.- El dolor físico o emocional.

Nuestra perspectiva determina si estas emociones conducen a la ira, si es egoísta tomara las cosas personalmente, muy apecho y se enojara, si no, no va a enojarse. Si usted ésta cerca de Dios el pecado lo motivara a enojarse y reaccionar en contra de él, haciendo algo con un comportamiento adecuado, sino esta cerca de Dios el pecado no le molestara. Sin embargo si percibe el mal contra usted va a reaccionar inmediatamente, todo depende de la manera en que percibimos las cosas.

IV.- CUANDO LA IRA ES INJUSTIFICADA.

La palabra de Dios dice en Efesios 4:26-27 que podemos airarnos mas no pequemos a causa del enojo. Por lo cual se puede decir que la ira es injustificada cuando:

a).- Es retenida en nuestra mente o corazón con un fuerte deseo de venganza alimentado por una raíz de amargura, es decir la falta de voluntad para perdonar (Hebreos 12:15).

b).- Cuando las cosas no salen como queremos (ver el caso de Jonás 3:10 al 4:1-4).

c).- Cuando reaccionamos apresuradamente sin investigar los hechos. La palabra dice que no te apresures en el espíritu a enojarte, porque el enojo reposa en el seno de los necios (Eclesiastés 7:9) que todo hombre debe ser tardo para airarse y pronto para oír (Santiago 1:19 y Proverbios 16:32).

V.- COMO MANEJAR EL ENOJO BIBLICAMENTE.

1.- Identifique la raíz de su enojo, reconozca que está enojado y que tiene que hacer algo al respecto.

2.-Empieza a orar sobre tu problema, pídele revelación al Espíritu Santo sobre tu problema.

3.- Conténgase de responder inmediatamente. No diga cosas que después va a lamentar. La palabra dice que la cordura del hombre detiene su furor (Prov. 19:11 y Prov. 17:14).

4.- Evitar personas que son propensas a la ira (Prov. 22:24-25).

5.- Ten cuidado de lo que digas (Prov.15:1).

6.- Analizar las opciones bíblicas: tienes dos caminos primero ya sea pasar por alto el problema (Prov. 19:11) o la segunda opción confrontar a la persona en actitud correcta.

7.- Emprenda acciones constructivas: si decide pasar por alto la ofensa ore poniendo a esa persona en las manos de Dios y renuncie a su derecho de venganza, reconociendo que no se lo hacen usted sino que se lo hacen a Dios (Romanos 12:19) equivale a dejar la justicia en manos de Dios directamente. Si opto por confrontar a la persona hágalo en amor mostrando en todo espíritu humilde como a ti te gustaría que te lo hiciesen (Gálatas 6:1).

8.- Por ultimo siempre considere lo siguiente: Primero comprenda que Dios permite estos eventos para tratar con nosotros, enseñar paciencia, mayor comprensión de su amor o para madurez espiritual. Segundo también comprenda que ninguna ofensa de cualquier persona se compara a nuestra culpa delante de Dios sin embargo el nos perdona ¿Acaso no estamos obligados a demostrar la misma misericordia a otros? Por lo cual decida también perdonar.


Por: Pastor Carlos Arámbula

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